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Fue
Director de la Escuela de Práctica Continuando
con el deseo de “Calle de Letrados” de evocar la
memoria de nuestros compañeros ya desaparecidos, hoy recordamos al
Colegiado José Antonio Muñoz García, que nos dejó ahora hace dos años. José Antonio Muñoz, que nació
en Ciudad Real en 1923, aunque vivió en Córdoba desde su niñez, se
había incorporado a nuestra profesión en 1950, por lo que le restaba
muy poco para cumplir las bodas de oro, las que sí alcanzó en su otra
carrera, para él especialmente apreciada, como era la de Profesor
Mercantil que concluyó en la Escuela de Comercio de Cádiz en 1946.
También era miembro del Colegio de Abogados de Sevilla, desde 1962. Aunque muchos compañeros lo
recordarán, fundamentalmente, por su labor como Profesor y Director de
la Escuela de Práctica Jurídica (actualmente en su XX aniversario),
hay además un motivo especial para esta remembranza, ya que a partir
del otoño de 1965 tuvo la iniciativa de crear un Boletín Informativo
del Colegio (precursor pues de nuestra actual “Calle de
Letrados”), que posteriormente complementó con una
“Circular de Jurisprudencia” que recogía la más importante del
Foro cordobés, en un tiempo en que no era fácil para los compañeros
acceder a la doctrina de la Audiencia y Juzgados de la provincia, por la
ausencia de publicaciones sobre la misma. Por su
Despacho, siempre abierto a los colegas, pasaron más de quince de
nuestros compañeros a iniciarse en la profesión, desde su primer
pasante, José Antonio Guiote Ordóñez (quien años después le sucedería
en la Dirección de la Escuela de Práctica Jurídica) y sus hijos José
Antonio y Francisco Muñoz Usano. Dentro de nuestro Colegio de Abogados, de 1962 a 1967 fue elegido Diputado de la Junta de Gobierno, cargo que nuevamente ejerció de 1972 a 1977. Muy dedicado al derecho tributario, fue Presidente del Colegio Oficial de Titulados Mercantiles, y Delegado de la Asociación Española de Asesores Fiscales en Córdoba. José Antonio Muñoz fue persona muy vinculada siempre a la docencia, siendo profesor y Director de la Escuela Pericial de Comercio de Córdoba, entre otros centros, y Vocal del Patronato gestor que consiguió la creación de la Universidad de Córdoba. Al poco de organizarse por el Decano Rafael Yllescas la Escuela de Práctica Jurídica, fue nombrado profesor de la misma en 1983, debiendo hacerse cargo de la dirección por el trágico accidente que luego costaría la vida al entonces titular, el recordado Antonio Casares Otero. Así, desde 1985 fue Director accidental de la Escuela de Práctica, promoviendo el desarrollo de su régimen estatutario ante la Universidad de Córdoba, consiguiendo la categoría de Centro Universitario adscrito y Escuela de Especialización Profesional para juristas. Al amparo de este nuevo marco normativo de la Escuela, fue nombrado Director titular de la misma en 1988, cargo que ejerció hasta 1990 en que cesó a petición propia. Como
reconocimiento a su labor en la Escuela de Práctica durante esos años,
fue nombrado por su Junta y por el Consejo Rector, Director Honorario de
la misma, y posteriormente, a iniciativa de la misma Escuela, y con la
adhesión de los Ilustres
Colegios de Abogados y de Procuradores, le fue concedida por el
Ministerio de Justicia la Cruz Distinguida de la Orden de San Raimundo
de Peñafort Hasta su fallecimiento fue miembro en ejercicio de nuestra Corporación, acudiendo diariamente a su despacho. Estamos seguros de que, desde ese tránsito, habrá pasado a encontrarse con muchos de sus colegas de siempre en esa “Calle de Letrados” que seguro habrá en las estrellas para los Abogados de bien. |